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Panadero. Foto cortesía Dante Aldave. |
Desde nuestra infancia, hemos convivido y hermanado con los diferentes y deliciosos panes que prolijamente se elaboran en los ardorosos hornos de la tierra natal. El pan de piso, de maíz, de trigo, el bizcocho, la carioca, pan de punta, jara tanta y los bizcochuelos. Este preciado alimento que jamás faltaba en la mesa de un hogar, se lo debíamos a ellos, a los dignos y laboriosos panaderos que eran conocidos más por los apelativos que sus propios nombres. Recuerdo cuando mi magnánima madre me mandaba comprar los milagrosos panes, cariñosamente me decía: compra de doña Victoria, Felicinda, de Chinchu, de Pepel, de Tuntu, de Conejo, de Oso, de Garrito, de Pascual, de Lorenzo Yabar, de Lucinda Robles, de Octavio Jara, de Pedro Moreno, de Portilla, de Chamorro. ¡Ah! Que épocas de nuestra vida infantil.
Hoy, entrando en mi edad otoñal, en momoria de todos ellos y de los actuales loables panaderos de mi entrañable pueblo, Chiquian, con indecible cariño y gratitud, les dedico con el corazón en la mano, el siguiente poema.
El Hornero
Despunta la aurora
y el expeditivo hornero
de brazos musculosos
con manos afanosas
moldea en la amasadera
la maleable masa de harina.
Dotando de airosa contextura
elabora múltiples tipos de pan.
El hornero, hombre llano e infatigable,
de contemplación aguda por la ruda vida,
luego de andar por calle desierta,
bajo el indolente frío de la alborada,
absorto, se halla frente al horno abrasador.
Con la extendida pala,
fuliginoso como el tiesto
atizado por el fogón,
entre sus manos rugosas,
el dinámico hornero,
ora aloja al horno la masa moldeada,
al rato,
ora aparta el oloroso pan de piso.
En la sencilla y orlada mesa:
del loable obrero,
antes de ir a la fábrica
del honroso campesino,
antes de ir al campo
del turbado intelectual,
antes de ir a la oficina
reposa, en la panera,
el distinguido pan de piso,
elaborado solemnemente,
por el franco hornero.
El ingrato pequeño burgués,
a su entera satisfacción,
mastica el crocante delicioso pan,
sin apreciar ni agradecer
el noble y digno trabajo
del generoso hornero.
El Pichuychanca.
Lima, salamanca, Febrero 2020
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Fotos cortesía, Dante Aldave "Colmillo blanco" |
El Pichuychanca.