jueves, 28 de mayo de 2020

El Hornero



Panadero. Foto cortesía Dante Aldave.


Desde nuestra infancia, hemos convivido y hermanado con los diferentes y deliciosos panes que prolijamente se elaboran en los ardorosos hornos de la tierra natal. El pan de piso, de maíz, de trigo, el bizcocho, la carioca, pan de punta, jara tanta y los bizcochuelos. Este preciado alimento que jamás faltaba en la mesa de un hogar, se lo debíamos a ellos, a los dignos y laboriosos panaderos que eran conocidos más por los apelativos que sus propios nombres. Recuerdo cuando mi magnánima madre me mandaba comprar los milagrosos panes, cariñosamente me decía: compra de doña Victoria, Felicinda, de Chinchu, de Pepel, de Tuntu, de Conejo, de Oso, de Garrito, de Pascual,  de Lorenzo Yabar, de Lucinda Robles, de Octavio Jara, de Pedro Moreno, de Portilla, de Chamorro. ¡Ah! Que épocas de nuestra vida infantil. 
Hoy, entrando en mi edad otoñal, en momoria de todos ellos y de los actuales loables panaderos de mi entrañable pueblo, Chiquian, con indecible cariño y gratitud, les dedico con el corazón en la mano, el siguiente poema.

El Hornero

Al despuntar la aurora, el expeditivo hornero de musculosos brazos, con las afanosas manos a la maleable masa de harina, listo sobre el crepitante tablero, le dota de airosa contextura e impetuoso elabora múltiples tipos de pan. Hombre llano, amable, infatigable, de contemplación aguda, por la ruda vida, el hornero; luego de andar por calles desiertas bajo el indolente frío de la alborada, absorto, se halla frente del solariego horno abrasador. Con la extendida pala, fuliginoso como el tiesto atizado por el fogón, entre sus manos rugosas, el dinámico hornero, ora aloja al horno la masa moldeada, al rato, ora aparta el oloroso pan de piso. En la sencilla y orlada mesa: del loable obrero, antes de ir a la fabrica del honroso campesino, antes de ir al campo del turbado intelectual, antes de ir a la oficina reposa, sobre una panera, el selecto pan de piso, elaborado, con solemnidad, por el franco hornero El ingrato pequeño burgués, a su entera satisfacción, mastica el crocante delicioso pan, sin apreciar ni agradecer el noble y digno trabajo del generoso hornero. El Pichuychanca. Lima, salamanca, Febrero 2020

Algunas fotos mas:




Fotos cortesía, Dante Aldave "Colmillo blanco"

El Pichuychanca.

viernes, 22 de mayo de 2020

Nevado de Tucu

Revisando mis archvos, encontre las siguientes fotos del nevado de Tucu tomados de distintos lugares de Chiquian.
Aqui las siguientes fotos.

Desde Racran.


De umpay.


Desde el camino que va a Chaclapata.

Árbol desplomado, sus ramas sirven de marco.

Derrotero a Matara.

Desde Caranca.

Desde las faldas de Capilla Punta.

Desde la antigua planta de energía eléctrica.

Desde la subida camino a Huancar.

Desde el camino derrotero a Capilla Punta.

Desde el camino derrotero a Matara.

Desde el mirador derrotero Huarampatay.

De las periferias de Chiquian.

Desde Cochapata.

Desde el camino de Cochapata.

Desde el camino de Rumichaca.

Desde el paradero de vehículos.

Tejado, nevado del Yerupaja.

martes, 19 de mayo de 2020

Pan.

Pan de piso. Foto cortesía, Dante Aldave


Por motivos obvios, producto de la lejanía, mi querencia por la tierra natal, estaba adormecido. Pero en estos cuatro últimos años de mi larga estancia, recorriendo caminos, cerros, colinas, prados y calles inolvidables, fueron renaciendo como el Ave Fénix de sus cenizas. En mi memoria resucitan gratos recuerdos de mi infancia y uno de ellos es cuando acudía al horno para ver la elaboración de nuestro delicioso pan de piso.

Resultó este poema.

Pan.

Oh, pan! Pan de piso, pan de maíz, pan de trigo, a partir de mi pueril infancia, evoco con emoción tu perfil dorado, cuando el hornero, hombre comedido, presuroso, te apartaba del horno ardoroso. ¡Oh! ¡Pan de piso! Como te contemplaba, con apetito inquietante, cuando te pillaba debajo de la ínfima ventana del horno. Tórrido, reposabas sobre una canasta de bambú, manado aroma a tallo de aciprés . ¡Oh! ¡Pan de piso! Cuanto, cuanto te queremos, a partir de nuestra cándida infancia, con tu misma textura, con tú misma frescura, con tu misma cara dorada untado con la apetitosa mantequilla o el queso Cuando me encuentro lejos de la tierra natal, ¡Ay! ¡Cuánto te recuerdo pan de piso! En la mesa de mi hogar, en la mesa de los pobres, sobre un decoroso mantel, sobre un tapete sencillo, como brillaba tu cobertura manado tanta fragancia. ¡Hoy, en estos momentos, como quisiera estar en la casa materna, mi entrañable querencia, para comer un trocito de pan de piso! El Pichuychanca. Lima, Salamanca, 4 de enero 2020 




    El Pichuychanca

     

lunes, 18 de mayo de 2020

La poesia no solo son versos.

Crepúsculo. Chiquian.
Seguimos "compartiendo fragmentos de los libros adquiridos" del subtitulo denominado, nuestras intervius.

Me invitaron, dice el autor de la nota, el poeta y escritor soviético Serguei Narovchatov, a un encuentro de los literatos y artistas con los cosmonautas. Salió el tema de lo esencial que experimentaba cada persona es su profesión. Y con creciente sorpresa escuché que se repetía la palabra poesía. La poesía del baile, la poesía de la musica, la poesía del cinematógrafo... En cuanto a los astronautas, nos hablaron de la poesía del cosmos. Hasta el extremo que me sentí algo violento de tener que hablar de la poesía de la poesía.

Me sorprendía y congratulaba que, para matizar lo mas sutil de su ocupación, el hombre recurra al término "poesía". Sin duda, el sentido que encierra es mucho más profundo y amplio que el nombre de un género literario.

En efecto, la poesía no sólo son versos. Este concepto tiene multitud de acepciones filosóficas, estéticas, científico-leterarias. A pesar de eso, cada cual pone en él algo suyo, personal.
Yo defino la poesía como una búsqueda de la dicha. Me parece que también es posible esa interpretación. Entonces resulta extraordinariamente amplia. La poesía se convierte en principio romántico de la vida humana, se entreteje en todos los géneros de la actividad de las personas, llena de existencia humana. En efecto, a las búsquedas de la dicha esta consagrada en fin de cuentas nuestra vida. 

Aunque en vano me esfuerzo por explicar la poesía con palabras. Las realizaciones del espíritu del hombre tienen semejanza con los fenómenos naturales. Son espontáneas y lógicas a la vez que extraordinarias. Desde la escuela sabemos como nace la tormenta, por qué truena y a qué se debe el arco iris. Sin embargo, cada vez que son nuevos el sobresalto, la alegría y la sorpresa que nos causa su repentina aparición. Y nuestro asombro esta justificado: ningún relámpago es copia del otro ni ningún arco iris se parece al anterior. Aparentemente es el mismo resplandor y son los mismos colores; pero todo es eternamente distinto y nuevo.
Explicar una maravilla es una empresa ardua y estéril. Lo mismo ocurre con la poesía. Es imposible explicarla. Pero, si se puede hablar de ella. 

Goethe dijo: "quien quiere comprender a un poeta debe ir al país del poeta". Yo me atrevo a parafrasear así sus palabras: "Quien quiere comprender a un país, que acuda a su poesía". De mi parte, agregaría: "Quien quiere comprender a un pueblo que acuda a su poesía"
Los versos que se han hecho clásicos son algo más que versos: son los destinos de los pueblos, la vida del espíritu humano. Esa es la encrucijada en el que confluye la poesía y el arte".
Extraido del libro adquirido.
Literatura Soviética. Edicion 1972.

 El Pichuychanca.


sábado, 16 de mayo de 2020

Actividades no visibles de hombres sencillos.

Las actividades en mi tierra natal, Chiquian, es imperceptible a los ojos del poblador y más, de aquellos que sólo viajan de vacaciones, de visita o a la fiestas patronales sin darse cuenta de la importante jornada que realizan los hombres comunes, sencillos y generosos.
En esta oportunidad las imágenes hablan más que las palabras. 

Aquí las siguientes fotos.

Taller de tejidos.
En el telar del Sr Nuñez.

La Sra. Mery. Elabora la chicha de jora
La Sra. Mery, elabora la sabrosa chicha de jora.

En Capilla Punta.
El pintor Juan Garro y Miguel Ramírez el guardián de Capilla Punta.

Trabajadores de la Municipalidad.
Trabajadores de la Municipalidad.

Panadería Rivera.
Los ricos biscochos.

Uno de varios hornos.

Pan de trigo.

Pan de maíz.

Leñadores.

Leña para los hornos.

Acarreando leña.

Aún se cocina con leña.

De prisa, llevando leña.
Herrero. El Sr Albino. En medio de la fragua y el yunque.

Calle 2 de mayo. Transportado la leche recien ordeñada a la queseria.


Porongos de leche, sobre los lomos del noble asno.

Danzantes.

Madre protege con su sombrero a su retoño de los punzantes rayos del sol.

El Pichuychanca.

martes, 12 de mayo de 2020

Rostros...II

Rostros...desacostumbrados a ser captados por una camara. Rostros de vida. De niños y de pronto en la curva de la edad otoñal.
Aquí algunas fotos de mi estancia en la tierra natal.   

Son los mocitos del jardín. Su sonrisa cándida disipa el tormento del día.

Aún en las carencias materiales, se ingenian para divertise libremente, en la angosta calle.

¿Tendrá suerte en su aventura? Estos hermanitos, el mayor, me cuenta que va en busca de sustento. 

El cachorrito se dio cuenta de mi presencia. El pequeño amo ni se dio por enterado. Siguió recolectando la arcilla en sepulcral silencio en paz y en contacto con la naturaleza.

Pallas, robando una sonrisa.

Miembros de la Casa de la Cultura de Bolognesi-Chiquian.

Luego de muchos años de ausencia, reencuentro muy grato con los paisanos.

Esperanza, siempre te recordamos. 

Nuestra dama, Muñequita, esta presto a colaborar en cualquier jornada o evento.

Chica la genuina maestra de las Pallas.

Con las disculpas del caso, a esta señora que con absoluta tranquilidad, arrellanada en la acera, teje incansablemente, la llamaría, La Penélope del barrio de Oro Puquio. 

¿Que observan, que piensan? El tiempo inexorable les robo la juventud.


Momentos de solaz descanso. 



Señores ilustres del barrio de Oro Puquio. 



¿A dónde te diriges con  tu silla?

Amistad perdurable.



Don Eugenio y su hermano Pedro Gamarra.


Camina con pasos cansinos, apoyado de su bastón, con la mirada enterrada al suelo. Los años corren inexorablemente. 



El Pichuychanca.