![]() |
Pan de piso. Foto cortesía, Dante Aldave |
Resultó este poema.
Pan.
Pan.
¡Oh, pan! Pan de piso,
pan de maíz, pan de trigo,
a partir de mi pueril infancia,
evoco dichoso tu perfil dorado,
cuando el presuroso hornero,
hombre comedido,
te apartaba del horno ardoroso.
¡Oh! ¡Pan de piso! Como te veía
con apetito inquietante, cuando te pillaba
debajo de la ínfima ventana del horno.
Tórrido, posabas en la canasta de bambú,
manado aroma a tallo de aciprés.
¡Oh! ¡Pan de piso! Cuanto,
cuanto te queremos, a partir
de nuestra cándida infancia,
con tu misma textura,
con tú misma frescura,
con tu misma cara dorada
untado con la apetitosa
mantequilla o el queso.
Cuando me encuentro
lejos de la patria chica amada,
¡Ay! ¡Cuánto te recuerdo
pan de piso!
En la mesa de mi hogar,
en la mesa del pobre,
sobre un decoroso mantel,
sobre un tapete sencillo,
como brillaba tu cobertura
manado tanta fragancia.
¡Hoy!, en este momento, como
quisiera estar en la casa materna,
mi entrañable querencia,
para comer un trocito de pan de piso!
El Pichuychanca.
Lima, Salamanca, 4 de enero 2020
No hay comentarios.:
Publicar un comentario