sábado, 3 de agosto de 2019

Peregrino

Alba en el valle de Aynin

Peregrino


El corazón del seducido 
 peregrino, era una llama
  encendida de embeleso,  
   vibraba urgido, colmado
    de singular ventura.    
   
El peregrino no hizo caso 
 la reflexión de los amigos.
  De una moza de tez morena
se enamoró. El sino de su vida
cambiando para siempre.   

No interesa que la gente
 susurre, el peregrino ama.
  Nada le afecta. Por su amor,
   por la amada se puede cantar 
    y padecer con embriaguez. 
  
Ella, fidelidad  prometía,
 Ella, perseverar prometía.
  El peregrino, a solas, canta 
   de gozo que el manzano llora  
     al oírlo. Del mañana nada sabe.
   
Al peregrino, transido de dolor, 
 el tambor de su pecho le oprime,  
  vierte lágrimas amargas cual gotas 
   heladas de rocío. La moza morena, 
    se marchó por derrotero ignorado.

  El Pichuychanca. 
   Lima  Marzo  2019.

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