viernes, 9 de agosto de 2019

Chicha de jora

La Sra. Mery, despachando la chicha

Chicha de jora.



Prodigioso maíz sin tiempo,
de llamativo polícromo grano,
el frescor de la aurora,
el agudo estío, en el día padeciendo.
Luz plateada de serena luna
asimilando.
El frio, la cruel lluvia, la humedad,
tolerando.
Inconmovible,
te yergues con espiritu solemne,
predestinado de las prolíficas tierras 
de Mesoamérica y América del Sur.


Prodigioso maíz sin tiempo,
el hombre de Mesoamérica,
El hombre de América del Sur, 
sabio con virtud singular
con perseverancia inagotable,
te domó, te adoptó
para ser el sustento básico
de los Aztecas, Mayas, Pre incas e Incas.

Prodigioso maíz sin tiempo,
pasó el tiempo inexorable.
Sin distingo ni cuestionamiento,
te hallabas en la mesa
del malévolo invasor,
del malevolo encomendero.
En la Republica, estas apetecible,
como antes fuera,
frente a las sencillas familias,
en la forma del crocante maíz tostado,
de la exquisita humita,
del humeante choclo
de la preciada chicha de jora.


Matinal,
marcho por camino inclinado
en cuya orilla el ardoroso sol,
día tras día, mancilla la frondosa floresta
que en la pasada estación lluviosa
con hermosura florecia.
¡Oh! Prodigioso maíz sin tiempo,
fascinado, me alegro de hallarte
en las faldas del campo verde
en hermosas mazorcas, meciendote
en las manos blandas del liberal viento. 


Atravesando las calles calladas
escucho el canto guerrero del gallo,
más allá, un abejorro, zumbando
se cruza en mi andanza.
Llego a la generosa tienda,
ubicado en el barrio de Oro Puquio
de la patria chica amada, Chiquian,
para mitigar la sed violenta
con la deliciosa bebida ancestral,
no igualada, la chicha de jora,
elaborado con dignidad
por la familia Garro Fernández.

           

El Pichuychanca

Chiquian, Oro Puquio, 9 de Agosto 2019



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