Remolón atardecer
En tanto escalo el sendero, a paso pausado
y sudoso, derrotero al cerro de Huancar
el remolón atardecer azul de junio
vence al abrasador mediodía a desgana.
Próximo al lucido pico del verde otero,
con el tambor de mi pecho agitado,
con los miembros del cuerpo otoñal agotado,
bajo la generosa sombra de la arboleda, muero.
El pichuychanca, cantor errante,
con trino ensordecedor y jubiloso,
mi profunda modorra quiebra
para presentarme el primoroso
panorama de la patria chica amada,
que mi alma desnuda y apacible celebra
con una hermosa cantata de avecillas cantoras.
El Pichuychanca.
Chiquian, Huancar, 11 de junio, 2024
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