Pregunto al viento...
Una asonada de preguntas
resuena en mi pensamiento.
Cada segundo,
pregunto a la lluvia,
pregunto al cielo,
pregunto al viento:
por qué tan pronto,
el sueño eterno
te llevó primero a ti,
precisamente a ti.
a la tierra sagrada
Cuanto, cuanto
hubiera querido saber de tu historia
contada por tu propia cavidad oral,
oír tu voz poética entonando romanzas
acompañado de tu preciada mandolina,
más para siempre la tersura de tu palabra,
el sonido sonoro del instrumento, enmudecieron.
Cuanto, cuanto
hubiera querido recibir de ti,
en la infancia,
en la adolescencia,
millones de calurosos abrazos
más para siempre tu apapacho se enfrió.
Cuanto, cuanto
hubiera querido ver primorosamente
tu mirada brillante como el sol,
más para siempre tus lumbreras se apagó.
Nuestro sino marcado estaba.
Me dejaste para siempre
con el alma partida,
con el corazón roto,
sin conocerte,
sin llamarte afectuosamente, ¡PADRE!
El Pichuychanca.
Chiquian, calle Tarapacá, 14 de junio 2024
No hay comentarios.:
Publicar un comentario