Oleo Jupah. Autor Regulo Ñato Gamarra. Foto cortesía Regulo Ñato Gamarra |
Mi historia, vuestras historias ha sido
borrada, de la noche a la mañana. Enterraron una de las más bellas y
tradicionales calles de la irresistible tierra natal. Nuestro Chiquian añorado.
Emblema, tal parece que las autoridades
actuales no saben lo que significa esta palabra. Esta calle era el símbolo, en
donde concurrían abnegadas señoras para lavar grandes cantidades de ropa.
Mocitos y mocitas acudían en el mes de febrero de cada año, para celebrar
alegres y divertidas tardes de fiesta de los carnavales jugando con sus aguas
frías y cristalinas. Este era aquel canal construido hermosamente en base de
piedras lisas y planas. El recorrido de sus aguas por la declive calle
Figueredo, conocido como Jupash, procedían de los manantiales de Parientana y
los humedales de Jupash.
Sepultaron Jupash, sepultaron nuestra
historia.
Se impuso burdamente el poder y el
negocio del cemento
La municipalidad carece de una oficina
que se ocupe del ornato y la arquitectura del pueblo.
En todo caso hubieran construido una
réplica con la facilidades de estudios de diseño y materiales que hoy existen,
conforme el bello cuadro, arriba expuesto, como símbolo y atractivo turístico,
que, ahora más que nunca, lo necesita nuestra tierra.
Jupash Actualmente |
El Pichuychanca. .
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