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Contemplando el alba. Chiquian. |
Agosto, saleroso mes, por otro no lo permuto
Mes de fervor religioso,
de súbitos encuentros, de sonrisas risueñas,
de atavíos airosos, de comidas típicas,
de futbol aguerrido, de corrida de toros,
de alegres bailes con banda sonora,
con arpa afinada.
Este saleroso mes, por otro no lo permuto.
Más la tierra añorada,
visitada desde la lejanía por hijos pródigos,
henchida de gracia, henchida de honor
a través de la bendita patrona de Chiquian,
Santa Rosa de Lima, generosa,
otorga su contrita petición espiritual.
En oscura noche,
bajo el atractivo lunar del cielo,
en gozosos patios, en bulliciosas calles,
en confluida plaza, la rítmica banda
incita a despabilarse en garbo pasacalle,
en garbo zapateo, del piso vertiendo
tufo embriagante a húmeda tierra.
El Pichuychanca.
Chiquian, desde las calles, la plaza y la casa de un funcionario, Agosto 2021.
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Contemplando el hermoso amanecer. Chiquian
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