viernes, 28 de septiembre de 2018

Canal de Tucu

Nevados de la Pampa de lampas, el nevado de Tuco y el canal

Canal de Tucu


A un costado del lejano páramo de La Pampa de Lampas, estoico, se halla el nevado de Tucu chira. Ronda su cima cana el colosal cóndor de vuelo sin igual. Su venerable pared blanca desprende moléculas de agua. Deslizándose por grieta agreste, musitando, abre su curso cuesta abajo. Arremolinándose en álgido cimiento brota el primer riachuelo inmaculado. Encaramadas nubes pardas duermen en colinas dentadas. En el anchuroso páramo se dispersa un tímido viento. En la antípoda de los erguidos nevados, debajo de lomas tachonadas de ichu, yace apacible la laguna de Conococha A partir del gélido preludio del alba, sobre la flemática agua azuleja, la luz dorada del sol reverbera. Patos silvestres, graznando, revolotean. Personas anónimas y homéricas, llevan el azadón sobre el tenaz hombro, en fila india, andan por senda anegada. rastreando el tesoro más preciado, el agua. Por extensa y gélida planicie, escoltados de sombríos nubarrones, el pelotón de esforzados hombres, con prisa, continúan errando. Sobre charcos de límpida agua se desploma la suave llovizna, El iracundo viento no perdona, azota el cuerpo del recio hombre. La huella firme de su paso por el camino cóncavo y anegado, en la medida que avanza, a su espalda, va desapareciendo. Agobiados, llegan a la plataforma del señorial e impávido nevado, tropezándose con el naciente riachuelo cubierto de fina y translucida escarcha. Sin perder el tiempo, debajo de los pies yertos, de aquellos hombres legendarios, el relente, crepita. Con mano encallecida y aterida, por el frio inclemente, desprende el azadón del hombro enérgico. Resueltos, resquebrajan el diamantino suelo, Inician la construcción del preciado Canal de Tucu. A lo largo de treinta kilómetros, por lomas, quebradas y barrancos, a través de la jornada impenitente, al tropezar con tierra áspera y pétrea lampas, picos y barretas taladran en concierto La batalla, Hombre – Naturaleza, es implacable y tenaz y perpetua. Martirizantes rayos del sol, sucumben sobre férrea espalda del hombre de rostro rugoso y sudoroso. Arrancan con audacia rusticas plantas enraizada en la profundidad de la ruda tierra, ahí, en laderas de turbadores cerros. . ¡Ay!, el viento no sopla, en el cielo azul, ¡ni una nube se ve! Más allá, se topan con inmensas rocas que estorban su faena titánica, entonces, con mano ulcerada empuñan el barreno, con denuedo comienzan a perforarlo, con esmero colocan mechas de dinamita. Se guarecen en la quebrada. Por un momento, reina un tímido silencio. Surge de pronto el sonoro y estruendoso sonido. Del impenetrable y alejado barranco regresa el ruidoso y enronquecido eco. El resultado, son los expandidos túneles. Por aquel canal deseado por largo tiempo y apreciado por toda la población, la impoluta y mansa agua a través del inexorable paso del tiempo desfilará con ilimitada dulzura. El Pichuychanca Chiquian, Huaca Corral 12 de agosto 2018

Aqui fotos de un amanecer en Chiquian.
  

Nevado de Tucu, fuente del canal del mismo nombre 


Nevados de la Pampa de lampas y los prados de Huaca Corral

Canal de Tucu, Tributo a los que lo construyeron 

Inspeccionando el canal

Un momento de descanso. luego de caminar por el canal

  
El Pichuychanca  
Chiquian, Huaca Corral 12 de agosto 2018

viernes, 21 de septiembre de 2018

Aurora.

La aurora son las 5.30 A.M

Aurora.


 La huella plantada en campestre calle.
la huella plantada en ondulado sendero
la infancia vivida en la patria chica amada,
nunca jamás huyeron de mi pensamiento. 
Ahora que regreso tiempo después
me abrazas con un lindo ocaso sin par 
como madre munífica esperando al hijo. 

Entre dos luces, que antecede al nuevo día, 
entre el canto aflautado del garboso gallo 
entre  el trino luengo del impaciente jilguero 
marcho derrotero al seductor contorno 
de este pedacito de cielo donde nací. 
  
Marchando recoleto por taciturna calle, 
bajo perlas que decoran el cielo oscuro, 
bajo la luna, candil que aclara el camino callado,
el batiente crujir de mis lerdos pasos escucho. 

En ardua andanza madrugadora
advierto el silbido del ardiente viento, 
el rumor agónico del riachuelo,
el gorjeo coral de desveladas avecillas, 
el susurro indiscreto de copiosa arboleda,
y una canción melancólica del grillo.
 
En la cima de ondulada pirca,
que orilla el tortuoso sendero,
movedizas siluetas amorfas de arbustos macilentos 
que aparentan caminar junto a mí, 
acompañan mi sosegado y hurón paseo. 

En medio de sábanas blancas de la cordillera,
En medio de sábanas reverdecidas del prado,
son refugios naturales
 para reencontrarme con la soledad
 para contemplar la aurora inmortal. 

El Pichuychanca. 
Chiquian, Chicchog 18 de agosto 2018 Canal de Tucu


Rayando la aurora sobre la Cordillera de Huayhuash. son las 5.10 AM



Rayando la aurora sobre el mágico pueblo de Chiquian. son las 5.12 AM

La Aurora en su esplendor son las 5.15 AM

Su Majestad la aurora sobre la Cordillera de Huayhuash y el magico pueblo de Chiquian. son las 5.18 AM

La aurora despertando a la Cordillera de Huayhuash y al pueblo mágico de Chiquian, son las 5.30 AM






           El Pichuychanca   .                

             Chiquian, Chicchog 18 de agosto 2018    

                 

jueves, 6 de septiembre de 2018

Ichu

Ichu. 

Ichu


En austero y alejado otero,
en gélido y aislado páramo,
donde el violento viento brama,
el ichu, planta silvestre 
que honro desde hace tiempo, 
inquebrantable,
soporta la crispada lluvia
soporta el lacerante estío,
¡férreo, ante adversidad, triunfa!


Enraizado en suelo pétreo,
compañero solidario del pastor,  
indemne y erguido, 
amanece bañado de relucidos rocíos. 
Su hoja lozana como terciopelo, 
resiste con heroicidad.


De la Madre Tierra,
de su liberal entraña, 
la mata arisca emerge 
para ser pródigo sostén 
del garboso auquénido, 
del raso cordero.


Agobiada por el estío,
volando por el cielo garzo, 
las avecillas se cobijan bajo 
la sombra de sus pías hojas.
       
Gente insulsa, de crecidas ciudades,
que viven bajo la cultura alienante
le señalan como planta ordinaria,
más ignoran que junto a ti, 
ichu, arbusto penitente, 
te acompañan, Impertérritos, 
la escorzonera y la huamanrripa,  
plantas milenarias como tú; 
auxiliando como medicina,
al digno y bravío pastor de manos ateridas.


El Pichuychanca     
Chiquian. Pampa de Lampas 15 de Marzo 2018




Escorzonera



sábado, 1 de septiembre de 2018

Morada abandonada

Crepusculo, Cordillera de Huayhuash. Chiquian

Morada abandonada


A la evocada morada materna llega,
de donde se mudó por un futuro ignoto.
En la acera, frente al zaguán está patitieso, 
al apartarlo lentamente, crepita lacerante.

El desvalido espacio del patio, 
antes alegre, gime de pena. 
Abordada de rosaleda copiosa 
holgada de singular policromía, 
el jardín se encuentra desolado.

Anda por la morada dejada, 
los ojos colmado de suplicio 
encuentra el balcón inerme
ventana lacrada, puerta herida
con cicatriz profunda. 

           
Cercado de recóndito silencio, 
el corazón estalla de dolor.        
Hondo suspira y recuerda
su cándida infancia,
su atizada adolescencia. 

De la sala desatendida,       
percibe el aroma de pretéritos enseres, 
Contempla el retrato de los padres fenecidos.
De los luceros saltan perlas ardientes.
Conmovido de lejanos recuerdos,
presuroso y agitado se retira.

Por ceñida calle marcha sin rumbo.
De repente, encuentra al camarada de infancia, 
también de visita. 
La familia, la casa de los padres vendió. 
le suplica: ¿Tienes una habitación para alojarme? 
Su historia, su pasado, se extinguió. 
No tiene más por quien llorar ni casa donde cobijarse.

El Pichuychanca.
Chiquian. 20 de Marzo 2018.