lunes, 3 de diciembre de 2018

Referéndum, organización criminal y buscando asilo.

El Perú atraviesa por una coyuntural crisis política, social, cultural, económica y moral. Cerca al bicentenario de vida Republicana del país, los ciudadanos de a pie, nos preguntamos; ¿qué balance pretenden presentar la clase política, corrupta, dominante y represor, ante el pueblo? donde el bolsón de desocupados, según la propia enmarañada oficina del  INEI llega al 30%. La desnutrición infantil (anemia), aquí, en Lima metropolitana, por no decir de las provincias, bordea el 45%  y para no seguir hablando de porcentajes, el Perú ocupa el primer puesto de tuberculosis en Latinoamérica.
Observando este incuestionable panorama  desolador, sombrío y real, nombrando solo unos cuantos índices socioeconómicos actuales, nos volvemos a preguntar; en estos doscientos años con este Estado, órgano del capitalismo,  ¿Qué región han desarrollado? Teniendo el Perú la riqueza que ya quisieran tener otros países, como la Región de Cajamarca, Ancash, Piura, Apurímac, Huancavelica, Cerro de Pasco y Puno con grandes yacimientos mineros. El cuzco con el Gas, Loreto con el petróleo y  la costa con el mar. Todo está a la vista. Ninguno.
En medio de esta crisis de corrupción repugnante; fiscales,  jueces y el congreso donde la tienda fujimorista tiene la mayoría de congresistas, que en estos tres años de gestión no ha promulgado una sola Ley a favor del pueblo. Varios de ellos, comprometidos con el lavado de dinero del narcotráfico, otros, realizando lobbies, a favor de las empresas transnacionales y otras corruptelas como los jueces y fiscales realizando favores judiciales previa coima. En estas circunstancias, el pedido y el clamor popular, 95% de la indignada población, era el cierre del congreso, que se vayan todos; fiscales, jueces congresistas y una nueva Constituyente. Los congresistas, se  hicieron de oídos sordos, callaron, pero se unieron para proteger sus intereses particulares. Ninguno de ellos dijo, esta boca es mía y me pongo de parte del pueblo. Vizcarra, que tiene rabo de paja, Chincheros, coludido con los congresistas corruptos, en política nada es casual, sorprendió a la población  con el cuento del Referéndum. Instrumento de manipulación de la clase dominante para distraer y dejar pasar el tiempo y reforzar al Estado, seguir igual, con la corrupción reinante defendiendo al sistema y al Estado con o sin cámara alta o baja, con o sin financiamiento a los partidos políticos caducos y corruptos.   
Por otra parte, el Fiscal Domingo Pérez, dice que una organización criminal y mafiosa se ha enquistado en el partido de Fuerza Popular, yo no me voy a tragar ese sapo. Veamos: El Estado con la Carta Magna, la Ley de leyes que se basa en la propiedad privada de los grandes recursos naturales del país que, les da la potestad  a las empresas transnacionales de saquear, contaminar, dilapidar y llevárselo todo en desmedro de la población, cada vez más dejándolo en la postración y la pobreza. Por lo tanto, el Estado conformado con las estructuras del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, donde corren favores de intereses particulares para empresas monopólicas transnacionales, seguido de las carteras ministeriales e Instituciones públicas, uno de ellos , el Ministerio de Economía que en cada licitación de extraordinarias obras, ganen o no las empresas, deben recibir 12%, de supuesta comisión, según ellos, este procedimiento, es legal, pero para el poblador común y corriente e informado, y la población en general, es corrupción de una organización criminal, el Estado. Luego, los Gobiernos regionales y municipales, de igual modo, también,  son instituciones de una organización mafiosa y criminal, sino veamos cuantos gobernadores y alcaldes están purgando penas en la cárcel por delitos de corrupción. Lo que estamos observando, la clase trabajadora que no controla ningún poder del Estado, es una lucha de intereses de la clase política, corrupta y mafiosa del Estado, instrumento de capitalismo que, no han desarrollado ni mucho menos industrializado al país en estos últimos doscientos años. ¿Hasta cuándo?
Hasta hace unas semanas, que le decían o tildaban los fujimoristas y apristas a la izquierda peruana, acaso no le decían furiosamente; caviares, rojos  y terroristas y, como calificaban a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de donde pretendían retirarse y le acusaban de proteger a lo que ellos señalaban terroristas, caviares y rojos. ¿Los partidos de izquierda que sirven tanto al Estado burgués de Uruguay como del Perú acaso son polos opuestos, diferentes? ¿Cómo es que ahora, una comisión de apristas y fujimoristas viajan a Uruguay a ponerse de rodillas ante el izquierdista rojo, caviar y terrorista Tabaré Vásquez, presidente de Uruguay  a solicitar asilo para el que esta siento investigado por corrupción, el ex Presidente García? ¿Cómo es que ahora fujimoristas y apristas, acuden a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que, le señalaban como protectores de terroristas, de rodillas, solicitan ayuda para liberar a los Fujimori y García? Estos actos y métodos de actuar, es síntoma de no tener moral política. Solo buscan defender intereses particulares.  
Mas el Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, les ha respondido que él se somete a los Estatutos de la Corte, firmado por los veinticinco países y, tanto A. García como K. Fujimori no son perseguidos políticos, sino que, están siendo procesados por corrupción y lavado de dinero del narcotráfico.
P/d
Particularmente, si voy a sufragar, y siendo uno más del 95%, en la cedula, escribiré:
¡¡CIERRE DEL CONGRESO, QUE SE VAYAN TODOS Y NUEVA CONSTITUYENTE!!            
Último minuto. AG es un mago, nadie lo vio como salió de la residencia del Embajador de Uruguay. ¿En que Embajada se encuentra? Mientras Vizcarra vende el país, estamos viendo un circo gratuito, y la ciudadanía entretenida con una cultura alienante de los medios de comunicación.  
El Pichuychanca                                

viernes, 23 de noviembre de 2018

Canto a la vida

Chiquian. Mes de Marzo

Canto a la vida


Aceitosas manchas
 Serpentean el rio
  Agónicas vidas
   Callaban sus voces

Azotaba el viento
 En los Tahuampales
  Mientras el congreso
   Creaba más leyes

Esperanzas nuevas
 Sin nacer morían
  Allá en la frontera
   El hambre dolía

El canto que hoy canto
 No es queja fingida
  Mi canto es el canto
   De toda una vida.

    Orlando Casanova Heller. Poema Inédito

martes, 13 de noviembre de 2018

Rosa roja

Rosa Roja


Rosa roja

 

Por encima de la albina cima 
de la Cordillera de Huayhuash divina,  
la seductora aurora se asoma. 

Matinal, corre sin prisa el viento 
por faldas adormecidas y airosas, 
de frondosa arboleda repleto. 

La nacarada luna, alumbra 
la entumecida calle taciturna 
despejando la adusta penumbra. 

En el límpido cielo azulenco, 
agónico, titila en el horizonte, 
el póstumo lucero cósmico.

 Garbosos gallos, de cola convulsa; 
con himno estentóreo y aflautado, 
agitados pichuychancas, de testa lisa  
de trino luengo y alborotado,
derrotan a la apacible fría alborada. 

 Cantos y trinos en sonoro concierto, 
acompañan al inmóvil cristalino rocío, 
adosado en los tersos pétalos de la rosa roja,  plantado en el vergel por mi madre.

El Pichuychanca.
Chiquian, calle Tarapacá , 30 de marzo 2018
 



sábado, 3 de noviembre de 2018

Historia del Perú

Tiempos de lluvia en Chiquian

Historia del Perú


No hay un pasado
 sino una multitud
  de muertos.

No hay Incas ni Virreyes
 ni grandes capitanes
  sino un ciento
   de amarillos papeles
    y un poquito de tierra.

Un señor hubo y decía
 a sus esclavos: el oro es bueno
  y Dios está en el cielo.

Un soldado hubo y decía
 a quien le oyera:
  Mato porque me pagan
   y no sé lo que es el cielo.

Pero ésta no es una historia
 sino veinte palabras que nada dicen.

 Wáshington Delgado. Para vivir mañana, 1959

sábado, 6 de octubre de 2018

Sueño

Vista panoramica de Chiquian y la Cordillera de huayhuash

Sueño

Estaba segando el trigo
 en el campo del señor.
  Sintió llorar a su niño
   y corriendo hacia él marchó.
    Le libró de sus pañales,
     le dio el pecho y le besó;
      después, al lado del hijo,
       la madre se adormeció.
        En sueños ve a su hijo esbelto,
         y rico en sueños lo ve;
          con mujer libre casado,
           y él mismo siervo ya no es.
            Y allá en sus tierras alegres,
             siegan él y su mujer,
              y los hijos pequeñitos,
               les traen allí a comer…
                En sueños, sonrió la pobre
                 de alegría y despertó.
                  ¡No era verdad! Tomó al hijo,
                   en silencio lo fajo,
                    miró asustada a los lados
                     y la hoz de nuevo empuñó.

                      Tarás Shevchenko 
                       (Poeta Ucraniano)

viernes, 28 de septiembre de 2018

Canal de Tucu

Nevados de la Pampa de lampas, el nevado de Tuco y el canal

Canal de Tucu


A un costado del alejado páramo de La Pampa de Lampas, estoico, se halla el nevado de Tucu chira. Ronda su cima cana el colosal cóndor de vuelo sin igual De sus venerables paredes se desprenden moléculas de agua. Abriendo su curso cuesta abajo, musitando, se deslizan por grietas agrestes. Arremolinándose en sus álgidos cimientos brotan los primeros riachuelos inmaculados Encaramadas nubes pardas duermen en colinas dentadas. En el anchuroso paramo se dispersa un tímido viento. En la antípoda de los erguidos nevados, debajo de lomas tachonadas de ichu, yace apacible la laguna de Conococha A partir del gélido preludio del alba, sobre sus flemáticas aguas azulejas, las luces doradas del sol reverberan y los patos silvestres, graznando, revolotean. Por anegados senderos, en fila india, caminan personas anónimas y homéricas llevando el azadón sobre templados hombros. Se desplazan rastreando el tesoro más preciado, el agua.
Chiquian, ¿acaso no es un pueblo afortunado de estar envuelto, no de abundante, pero si, de dotados humedales, manantiales y, no tan próximo, circunscrito por los nevados? ¿No es cierto que por vertientes, hondonadas y valles discurre el agua, cuesta abajo, surcando riachuelos poco profundos, regando las chacras sembrados de escasas semillas de papa, maíz y trigo, así como también, aplacando la sed de los hombres y animales de los campos rurales, de las aldeas y los pueblos?. Pueblo desmemoriado e ingrato, enfermedad del hombre “moderno” e individualista, lo abandona, no aprecia ni se identifica con las consagradas hazañas y agotadoras construcciones; donados y heredados de nuestros antepasados. Estas obras se encuentran a la vista. Ahí están los diferentes canales, los caminos y restos arqueológicos diseminados por toda la provincia de Bolognesi. Que negra suerte…nos viene ¡Oh Dios! ¿Si seguimos desperdiciando el agua? ¿Si permitimos que contaminen, dilapiden y desvalijen nuestros nevados y cerros?, ¿si no resguardan nuestros restos arqueológicos? ¡Oh pueblo mío; ésa será tu voluntad; tu dicha o, tal será tu amarga suerte!
Por la extensa y gélida planicie, escoltados de sombríos nubarrones, el pelotón de esforzados hombres, con prisa, continúan errando. Sobre los charcos de agua límpida se desploma la llovizna, en silencio. El iracundo viento no perdona, al hombre azota su cuerpo recio. Las huellas firmes de sus pasos por el camino cóncavo y anegado, en la medida que avanzan, a sus espaldas, va desapareciendo. Agobiados, llegan a la plataforma del señorial e impávido nevado, tropezando con nacientes riachuelos cubierto por fina y translucida escarcha. Sin perder el tiempo, debajo de los pies yertos, de aquellos hombres legendarios, el relente, crepita. Con manos encallecidas y ateridas, por el frio inclemente, desprenden el azadón del hombro enérgico. Resueltos, resquebrajan el diamantino suelo iniciando la construcción del preciado Canal de Tucu. A lo largo de treinta kilómetros, por lomas, quebradas y barrancos, a través de la jornada impenitente, lampas, picos y barretas taladran en concierto al tropezar con tierra áspera y pétrea. La batalla, Hombre – Naturaleza, es implacable y tenaz y perpetua.. Martirizantes rayos del sol, sucumben sobre férreas espaldas de hombres de rostro rugoso y transpirado. Arrancan con audacia rusticas plantas enraizadas en la profundidad de la recia tierra, ahí, en las laderas de turbadores cerros. . ¡Ay!, el viento no sopla, en el cielo azul, ¡ni una nube se ve! Más allá, se topan con inmensas rocas que estorban su faena titánica, entonces, con manos ulceradas empuñan el barreno, con denuedo comienzan a perforarlo, con esmero colocan las mechas de dinamita. Se guarecen por los acantilados y quebradas. Por un momento, reina un tímido silencio. Surge de pronto un sonoro y estruendoso sonido. De impenetrables y alejados barrancos regresa un ruidoso y enronquecido eco. El resultado, son los expandidos túneles. Por aquel canal deseado por largo tiempo y apreciado por toda la población, la impoluta y mansa agua a través del inexorable paso del tiempo desfilará con ilimitada dulzura. Mi admiración y tributo a nuestros postergados bisabuelos por esta obra histórica, épica y memorable. Gracias a nuestros antepasados, hoy, los habitantes olvidadizos, se sigue beneficiando de esta agua pura y fresca que atraviesa mansamente por las misteriosas cumbres de los cerros, cuyo absoluto silencio es quebrantado por el murmullo de los riachuelos perdidos entre las quebradas y los prados, por el canto de las inquietas aves y del enojado viento, cuando hace trepidar a las sobrevivientes plantas silvestres. El Pichuychanca Chiquian, Huaca Corral 12 de agosto 2018 

Aqui fotos de un amanecer en Chiquian.
  

Nevado de Tucu, fuente del canal del mismo nombre 


Nevados de la Pampa de lampas y los prados de Huaca Corral

Canal de Tucu, Tributo a los que lo construyeron 

Inspeccionando el canal

Un momento de descanso. luego de caminar por el canal

  
El Pichuychanca  
Chiquian, Huaca Corral 12 de agosto 2018

viernes, 21 de septiembre de 2018

Aurora.

La aurora son las 5.30 A.M

Aurora.


Tú, añorado terruño de las huellas plantadas en campestre calle en serpenteado sendero atento vivías en la flor de mi vida. Y al regresar, luego de varios años de ausencia, me abrazas con un lindo ocaso otoñal como una madre munífica. Entre dos luces, que antecede al nuevo día, entre cantos aflautados de garbosos gallos entre trinos luengos de impacientes jilgueros marcho derrotero a los seductores contornos. marchando recoleto por taciturna calle, bajo las trémulas luciérnagas del cielo oscurecido, bajo la luna, candil que aclara el camino apagado. el batiente crujir de mis lerdos pasos escucho. En mi madrugadora andanza advierto el silbido del violento viento, el rumor agónico del manantial, del riachuelo, el gorjeo coral e incesante de numerosas avecillas, el susurro indiscreto de la copiosa copa de los árboles, y una canción melancólica de los grillos. En la cima de onduladas pircas, que orillan el tortuoso sendero, las movedizas siluetas amorfas de arbustos macilentos que aparentan caminar junto a mí, me acompañan en este paso sosegado. En medio de sábanas blancas de la cordillera, en medio de sábanas reverdecidas de la pradera, son los refugios naturales para reencontrarme con mi soledad y en la contemplación de la aurora inmortal. El Pichuychanca . Chiquian, Chicchog 18 de agosto 2018 


Rayando la aurora sobre la Cordillera de Huayhuash. son las 5.10 AM



Rayando la aurora sobre el mágico pueblo de Chiquian. son las 5.12 AM

La Aurora en su esplendor son las 5.15 AM

Su Majestad la aurora sobre la Cordillera de Huayhuash y el magico pueblo de Chiquian. son las 5.18 AM

La aurora despertando a la Cordillera de Huayhuash y al pueblo mágico de Chiquian, son las 5.30 AM






           El Pichuychanca   .                

             Chiquian, Chicchog 18 de agosto 2018    

                 

jueves, 6 de septiembre de 2018

Ichu

Ichu. 

Ichu


En los oteros austeros,
 en los páramos gelidos ,
  donde el viento brama,
el ichu, planta silvestre
que honro desde hace
tiempo, inquebrantable,
soporta la crispada lluvia
soporta el lascerante estío,
¡férreo, ante adversidad
triunfa!
       
Enraizado en suelo pétreo,
 compañero solidario
  del pastor intachable
   de rostro cárdeno, indemne
    y erguido, amanece bañado
     de relucidos rocíos. Sus hojas
      lozanas como la piel de joven
       apuesto, resiste con heroicidad.
                    
De la Madre Tierra,
 de su liberal entraña,
mata arisca, emerges
para ser pródigo sostén 
   de garbosos auquenidos, 
    de rasos corderos.
     Agobiadas por el estio,
volando por el cielo garzo, 
las avecillas se cobijan bajo
la sombra de tus pías hojas.
       
Gente insulsa, de crecidas ciudades,
 que viven bajo la cultura alienante
  te señalan como planta solitaria y ordinaria,
   más ignoran que, junto a ti, ichu, arbusto
    penitente, te acompañan, Impertérritos, 
     la escorzonera y la huamanrripa,  plantas
      milenarias como tú; auxiliando como medicina,
       al digno y bravío pastor de manos ateridas.

        El Pichuychanca     

         Chiquian. Pampa de Lampas 15 de Marzo 2018



Escorzonera



sábado, 1 de septiembre de 2018

Morada abandonada

Crepusculo, Cordillera de Huayhuash. Chiquian

Morada abandonada


A la evocada morada materna llega,
 de donde se mudó por un futuro ignoto.
  Frente al zaguan, en la acera, está patitieso, 
   al abrirlo con lentitud, crepita lacerante.

En el desvalido patio ya se halla.
De recodo a recodo gime el viento.
El vergel de ayer, la rosaleda copiosa
holgada de singular policromía,
desabrigada y desolada está.

Con el balcón inerme,
con la ventana lacrada
con la puerta lastimada
se topa. De recóndita
mudez sepulcral rodeado,
hondo suspira y recuerda
su atizada infancia y de la adolescencia.


De la habitación, percibe aromas
de pretéritos enseres. Contempla
de los padres fenecidos el retrato,
de los luceros saltan perlas ardientes
Colmado y conmovido, de lejanos
recuerdos, presuroso se retira.

Por la ceñida calle va, de repente,
encuentra al camarada de infancia,
también de visita. La familia, la casa
de los padres vendió. le suplica:
¿Tienes una habitación para alojarme?
Su historia, su pasado, se extinguió. 
      No tiene más por quien llorar ni casa donde cobijarse.

       El Pichuychanca.
        Chiquian. 20 de Marzo 2018.

jueves, 26 de julio de 2018

La Canga II.


Din…don…dan…

Domingo. Las antiguas campanas de la iglesia doblan en armonía. Las ondas sonoras, que viaja por todo el pueblo, irrumpen en el aposento de Rogelio y le despierta del sueño sereno y profundo. El escolar, de rostro redondo, tez trigueña y de ojos asiáticos, desperezándose con lentitud, se  levanta y en seguida se arropa con las prendas apropiadas con el propósito de repeler el agudo frio. Con pasitos contenidos se dirige al escritorio, toma asiento, y de los cajones extrae el cuaderno de dibujo, el estuche donde guarda los lápices de colores. Pensativo en lo que se había propuesto, dibuja, con determinación, las siete posiciones del juego de la canga. 

Lunes, amaneció con el cielo nublado. Los alumnos, marchan a la escuela a toda prisa. En la mano aterida o en la minúscula espalda lleva el cartapacio en donde guardaron, junto con los útiles escolares, la canga, elaborado con desvelo el día anterior. Llegando a la escuela, cumplen, al pie de la letra, con todas las actividades que se realizaban semana tras semana. Durante todo este tiempo, las miradas interrogativas de los estudiantes estaban puestas sobre Rogelio, que les había prometido exponer los bosquejos de la canga.

Los becarios de transición y del primer año, con los cuadernos de doble raya y el libro Coquito, concentrados, aprenden todo lo que les enseña el docente, las primeras vocales del abecedario y las silabas, como agarrar el lápiz y escribir lo que el libro guiaba. Por momentos, se distraen de las clases por estar pensando en la hora del recreo y el juego de la canga, entonces, el mentor reprocha a sus discípulos. El tiempo les parece una eternidad y esperan con inquietud escuchar el bullicioso pitido del silbato que anuncie el primer recreo, cuyo deseo, sucedió. Apenas escucharon el sonoro silbido, del cartapacio extraen la canga y salen raudos al patio. 

Rogelio, peinado con la raya al lado izquierdo, lucía un pantalón azul marino y una chompa de dos colores, verde y azul claro. Con pasitos circunspectos, acompañado de Marcelino, Negro y Alfredo, se dirige al centro del patio con el cuaderno de dibujo, forrado con papel azul y vinifan, posado en su inflado pechito y sujetado por la minúscula mano derecha. Los alumnos del primer y segundo año le salieron al encuentro, lo rodearon y de inmediato le preguntaron en coro:

—¿Dibujaste la canga y las posturas? 


Rogelio, andaba, ora aquí, ora allá, con la frente erguida. Curioso, observa con discreción la canga de cada uno de los escolares, pendido a la altura de los muslos y sujetados con las menudas y lívidas manos. Alumnos fisgones de otras aulas, junto con los del quinto, se arrimaron tan solo por ver los esbozos del genial pintor,  quien ordenó a los presentes:    

—¡Levanten la Canga!  —expeditos, como un resorte y al mismo tiempo, los escolares levantaron el juguete. Rogelio vio todo tipo de tablas que flotaban encima de las cabecitas esquiladas. Cavilaba para sus adentros, “Tienen formas amorfas. Están desalineados, sobresalientes y curvados. Otros excedían o eran muy pequeños del tamaño requerido”.

Felicitó a todos por desplegar sus esfuerzos en elaborar la canga. Cuando se disponía a mostrar los dibujos, los alumnos se aglutinaron, empujándose unos a otros, creando un caos  total. Tuvo que intervenir el Brigadier General. Buscaron un lugar adecuado, siendo esta, las gradas que daba acceso al pabellón principal y a los salones de la escuela. Rogelio se sentía  más cómodo en aquel lugar. Los escolares, calmados y ordenados se colocaron formando una media luna, de donde podían observar  con comodidad. El precoz dibujante, desde el séptimo peldaño de los diez que tenía la escalera, comenzó a abrir el cuaderno de dibujo de regular tamaño. Los alumnos estaban con angustiante expectativa. La primera imagen que mostraba era la canga y la tablita, ambos pintados de color marrón y su medida correspondiente. Antes de pasar  a exhibir la segunda imagen dijo:

—Las posturas que verán a continuación son los más fáciles de ejecutar. Estas son; manos libres, mano cruzada, piernas cruzadas y de rodillas —En seguida con extrema paciencia Rogelio, con el dedo índice, mojado con la punta de la lengua, folió el cuaderno y de inmediato, presento la segunda imagen, y así sucesivamente, hasta el quinto bosquejo. Los escolares, quedaron impresionados al contemplar aquellos diseños pintados con maestría y casi a la perfección, a pesar de su corta edad     

Desde las gradas, y antes de mostrar las siguientes imágenes,  Rogelio, con tono de un maestro experimentado en matizar hermosos diseños, habló:

—Las posturas que a continuación presentaré son más complicadas; se necesita tener  estabilidad, resistencia y agilidad.  

Los becarios, tomaron significativo interés. Conteniendo el aliento,  con los ojitos inmóviles, sin parpadear, ven el cuaderno de dibujo. Concentrados e inquietos esperan la siguiente ilustración. Rogelio anunciaba…:

—La siguiente postura se llama…culito…potito… —Sorprendido los becarios, veloz, giran la cabecita rapada, se miran, murmuran y sonríen. En un santiamén, en el patio de la escuela, surgió un silencio largo y sepulcral, cuando frente a ellos se presentaba un cuadro  esplendido  de la postura que había anunciado Rogelio. Quedaron absortos, contrayendo los hombros, con las manos tapándose la boca y con ojitos cautivados  al ver aquella imagen dibujado con mucha pericia. El esbozo reflejaba como sigue:


Un niño de cuclillas, los pies y las piernas muy juntos, la mano izquierda se apoyaba  sobre la rodilla  del mismo lado, la mano derecha cruzaba  debajo de los muslos y a la altura de las pequeñitas nalgas, sostiene la canga al nivel de la tablita. Estaba a una distancia de siete a diez centímetros a la cota de su talón izquierdo, colocado sobre una piedra que sobresalía del ras del piso. Su rostro  expresaba concentración y con una mirada atenta en dirección de la tablita. Los alumnos del quinto año reconocieron el arte inigualable de Rogelio con fuertes aplausos, seguido por los más pequeñitos, afortunados y alborozados de tener al precoz pintor frente a ellos que les mostraba las posturas del juego de la canga.

La postura siguiente era de pecho, una imagen de vivos colores, reflejaba un niño con los tirantes cuyas puntas quedaban suspendidos de los pequeños hombros,  estaba boca abajo con  el brazo  izquierdo  levantado y  recto. La palma de la mano del mismo lado con los dedos abiertos descansaba sobre el suelo, palma y brazo soportaban el peso del cuerpo. Tenía las piernas estiradas y levantadas con la punta de los pies sobre el suelo. La mano derecha cruzaba el pecho y mantenía la canga sobre la tablita a un costado de la muñeca izquierda y a una distancia de diez centímetros. De modo espontáneo los alumnos de todas las edades, irrumpieron de nuevo con fuertes aplausos al ver aquel increíble bosquejo, llamando la atención de algunos profesores que se acercaban con lentitud. Rogelio, nervioso, sonrió. 

Tranquilo foliaba la penúltima hoja  para exhibir el último bosquejo, la postura de espalda. El  pelotón de alumnos de todas las secciones, observaron con fascinación aquel diseño. La postura reflejaba a un niño boca arriba, La punta del cinturón suspendido de la cadera, La mano izquierda, levantada y tiesa, con las palmas y los dedos semiabiertos sobre el suelo. La planta de los pies firmemente pegados al suelo, con las rodillas un tanto separadas y dobladas, ambos miembros reflejan un ángulo de 90 grados, La mano derecha cruzaba debajo de la espalda y sujetaba la canga sobre la tablita que estaba a la altura de los pequeños pulmones y a una distancia de diez centímetros. En el rostro se nota el esfuerzo, la dificultad y la mirada se orientaba hacia la tablita.

 Aquellos dibujos quedaron pegados por mucho tiempo en las  retinas de la mayoría de los alumnos por su excepcional belleza. Los dibujos parecían ser  copias de algún libro. Dio así por finalizado su brillante exposición.   

Marcelino se encargará de hacer la presentación práctica de las cuatro primeras posturas y Alfredo el resto —expresó, Rogelio. —Los becarios, se disponen a observan con prolija atención. Con la canga en la mano, el primer nombrado, da un toque suave y certero a la tablita, ubicado a ras del suelo, sobre una piedra pequeña, éste, se eleva y cuando regresa  con la misma canga le da un golpe fuerte, enviándolo lo más lejos posible y no ser atrapado por las diminutas manos de los adversarios, dos o tres jugadores, que se colocaban a cierta distancia. Si logra atraparlo, uno de ellos,  antes de caer al suelo, perdía. El que agarró la tablita continuará con el juego en la postura donde se había quedado antes de perder.


Llega el turno de Alfredo. Del cartapacio, hecho de hilo, donde figuraba la estampa de un zorro, de pronto extrajo la canga, para la sorpresa y a la vista de todos, relumbraba como oro fundido bajo los rayos del sol de la mañana. El hermoso modelo fue pulido y barnizado de un color amarillo. Los escolares quedaron asombrados de ver aquella canga que hubieran hecho todo lo posible por tenerlo entre sus minúsculas manos. Alfredo, guardó la canga anhelada en el cartapacio y sacó otra confeccionado a  medias     

 —Con esta Canga laglachi*… —de inmediato,  el patio estalló en estruendosa carcajada por la espontaneidad de aquel. Después de la hilaridad de los presentes, con voz ahogada, habló:  —enseñaré las siguientes posturas…. 

Parecía no ser el día de Alfredo. Un alumno, del quinto año, alzó la mano y con voz a manera de imploración, sugirió lo siguiente:

— Antes que el camarada Alfredo demuestre las siguientes posturas, sugiero que los dibujos de Rogelio, expuestos en esta brillante mañana, creo que debe y merece ser  colocado en el Periódico Mural de la escuela para su exhibición —El pelotón de alumnos, escuchando tal petición, con vocecitas chillonas, clamaban: —Que lo pongan… que lo pongan… —El pintor,  generoso, marchó rumbo al Periódico Mural ubicado en la entrada de la escuela y al costado de la Dirección. Mientras el encargado abría las puertas de la vitrina, el eximio dibujante de la escuela, con sumo cuidado, arrancaba los diseños. Los excelentes dibujos fueron colocados en orden y en la parte más visible. Cada día, tanto en la entrada como en la salida, los alumnos no dejaban de ver aquellas imágenes. Por disposición del Director, jamás serian retirados, quedando estampado en aquel lugar para la posteridad, exhibiéndose para los  futuros niños que se iban incorporando a la escuela.  

En el siguiente recreo los niños ya juegan la canga. Unos llegan a la posición potito, por no tener estabilidad pierden el equilibrio cayéndose de potito y de espalda. Cuando logran llegar a la posición de pechito y no resisten, caen golpeándose  el mentón y quizás absorbiendo polvo… Así de divertidos eran los recreos de mi añorada escuela de Don Josué.

El Pichuychanca.     

Chiquian 26 de Julio 2018     

*Laglachi, término quechua que significa, viejo, deteriorado