Escuela, Pre vocacional N° 351
Abelardo Pardo Lezameta
La escuela que antes tronaba
con alumnos traviesos,
con aulas
adornado de murales,
pintado por el maestro, Cástulo Rivera,
con carpetas bipersonales,
con negras pizarras empotradas,
con amplios patios, punto de diversión
del escolar en receso de clases.
Espacios apretujados
donde enseñaban trabajos manuales,
zapatería, carpintería, hojalatería,
también agricultura.
Ahora descansa en absoluta mudez,
desierta y relegada.
Sin ser alumno de esta escuela,
me saltan a borbotones
recuerdos de un tiempo ido.
Hubo un período que estuvo
en la cúspide y la gloria,
ahora languidece, desfallece
como los maestros,
Como los ex alumnos,
agotados, demolidos,
con todo tipo de enfermedades,
los techos, las puertas
y las ventanas vibrando.
Los años no perdonan,
abaten sin misericordia
sus paredes hercúleas.
Duele hasta el alma
de ver a la escuela,
sin actividad, sin alegría, sin energía,
la piscina, vacía... estropeada,
la campana sonora, quedó muda,
los cipreses, desaparecieron
Mis cinco sentidos
lloran a lágrima viva.
Presiento al moribundo plantel,
que suplica a voces,
su eterno descanso.
El Pichuychanca
Chiquian, Alto Perú, 22 octubre 2024
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