jueves, 29 de octubre de 2020

Rejuveneceré.



Chiquian, mi querencia.


Rejuveneceré.


 Sin advertir el tiempo, sin tiempo, de abrumadas y seductoras estaciones, desfiló de modo inexorable. Tras la calle angosta,
tras el camino sinuoso y en el manto verde del prado
se quedó el esplendor. Sobre mi íntegra tez atezada, manan surcos de lo vivido, y los primeros cabellos canos en la azotea, atravesando el tiempo, sin tiempo, va previendo la nomotética acogida de mi perentoria e inevitable edad otoñal. El infalible tiempo, sin tiempo, infame raptor, sigiloso, me ha privado los años mozos. Más, no es una queja
de un año más de mi vida. Yo, estoy agradecido de él, que minucioso todo lo registra y guarda. Tengo la espabilada esperanza
del tiempo, sin tiempo, que los jóvenes del mañana,
inquisitivos lectores, en cada alborada hermosa, en cada tarde hechicera, en silencio o en voz alta
con aspiración y entereza, leerán mis versos consagrados
a la amada patria chica. En aquel momento,
rejuveneceré en los perseverantes moceríos como lozanas hojas verdes del eterno maíz. El Pichuychanca. Chiquian, calle Tarapacá, 26 de abril 2020 



Chiquian, mi querencia


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