A mi hermano, Erich
Oyes, hermano mío,
los vientos de Jircan,
cerca de nuestra casa,
ya empuja el tonante trino de los pichuychancas.
Ves, hermano mío,
como la lluvia moja
la cumbre de los cerros
donde florecen alzadas flores rojas.
Ves, hermano mío,
como el sombrío cielo
se pinta de rojo
Por el exaltado, zigzagueante relámpago.
Oyes, hermano mío,
el estruendoso trueno que revienta en el cielo.
Al rio Aynin que ha crecido su cauce
que su torrente parece plomo fundido.
Oyes, hermano mío,
el arrullo del agua del patio de la casa
que alegra los sueños cual primera canción primaveral
que trasciende en los callados prados.
Oye, Erich, hermano mío,
¡regresa en el ala de un pichuychanca!
—te oigo querido,
Si bien es amplísimo mi desasosiego
bajo la tierra sin igual de Chiquian.
Sobre nosotros los años pasan lejanos.
Sobre la tumba de los combatientes,
Como los truenos en la tormenta…
De huésped mi alma envío,
Ya que no puedo sacudirme estas peñas,
Y un camarada reposa en mi brazo. Tú, mi hermano.
El Pichuychanca.
Chiquian, Jircan, 5 de febrero 2023
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