viernes, 27 de diciembre de 2019

Venturoso año dos mil veinte


Con esta toma fotográfica de los singulares panoramas de la entrañable tierra natal, Chiquian, comparto, sin prerrogativas, con los amigos conectados con  esta Red social, los hermosos momentos del crepúsculo, de la alborada, del medio día, el atardecer y la noche. Así mismo, aun cuando el actual conflicto coyuntural, de parte del estado, sobre todo estructural, oprime a nuestro país, El Territorio del Pichuychanca, les desea de todo corazón un venturoso año nuevo 2020. Un abrazo afectuoso para cada uno de ustedes. 

Crepúsculo.- Cada vez más, aprecio a mi tierra natal con infinito e indecible cariño, a causa de sus hermosos crepúsculos que me hacen soñar despierto.


Foto cortesía de Jorge Duran Silva  







Alborada.- En medio del alba, camino por los silenciosos y angostos senderos que me conducen a las periferias de mi pueblo. Todo a mí alrededor está en completa quietud. Percibo el ulular del húmedo viento. De pronto, en el horizonte, se vislumbra el arcano lucero, proyectando las siluetas de la Cordillera de blanca nieve de los rejuvenecidos cerros, de las sombrías calles, estrechas, y las casas de techos rojos.







Medio día.- El espacio etéreo, se encuentra sin maculas de blancos algodones .  El sol, en su cenit, acecha con sus rayos purpúreos. En los campos, las plantas se marchitaron. Aun con la estreches del tiempo, mi pueblo sigue conservando su singular y bello panorama.




Foto cortesía de Dante Aldave








Atardecer.- El ojo sin parpado de sol, se va doblando por el poniente. El viento ruge, las copas de los arboles murmuran. Trinando, las aves tornan a sus nidos. Las nubes desmelenadas y pardas,  surcan en distintas direcciones, forjando inauditas sombras. Los serpentinos riachuelos, rumorean. Todos estos fenómenos, calan en lo más recóndito de mi ser.

















Usgor.- Cascada de Agua hechicera, eres la atracción para todo visitante.






Noche.- Comienza la noche. El cielo se adorna con titilantes y resplandecientes luciernagas, que no alumbra el camino de los errantes nocturnos como los rayos de la luna plateada, siendo una sola. Las frías calles asfaltadas y el zócalo son iluminadas por las bombillas de luz ambarina. Caminando por estos lugares, donde reina el silencio, me reencuentro con las huellas de mi infancia y adolescencia. Disfruto mi estancia en mi pueblo, mi querencia. Chiquian.










Feliz año 2020
        
El Pichuychanca.

2 comentarios:

  1. Buena publicación Hugo y excelentes fotografías. Que el 2020 sea de bienestar y justicia para el pueblo. Que la buena salud te acompañe. Un abrazo. Coqui

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  2. Gracias Coqui. Por fin dejas el anonimato. Próspero año 2020. Un abrazo. Saludos

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