domingo, 1 de octubre de 2017

Panoramas de mi pueblo II

Luna presumida



 El garzo cielo, a la vera del ocaso del sol, en sublime atardecer, comienza a adornarse de nacientes y titilantes pepitas amarillas. La lerda aparición de la coqueta y luminosa luna, el lunar blanco de la noche, se torna fascinante. Sus largos dedos plateados, acaricia las cimas canas de la cordillera y alumbra los esmaltados mantos verdes de los prados y el luengo valle de Aynin cuyo rio hablador, surcando sus hondas orillas, al verlo de lejos, parece una fulgurante cinta serpenteada. 
La luna fisgona ilumina el camino, humillado por el infalible estío, por donde tornan los campesinos a sus abrigadas y austeras casas luego de haber labrado, con ahínco, la tierra fecunda. 

La estrella mayor del oscuro cielo alumbra las pastoriles calles, por donde van, furtivos, los flamantes enamorados derrotero a los arcanos y hechiceros contornos del aplacado pueblo.           

El Pichuychanca.

Chiquian, desde las periferias, 2017   


Aquí algunas fotos.

 























El Pichuychanca

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