Rosa Luxemburgo. La rosa roja del socialismo |
Una
mirada distinta a tanta opinión e información monocorde referente al día Internacional de la Mujer.
Desde otro punto de vista, con análisis científico, social y político, nuestro Gran
Amauta desarrollaba su tesis sobre el problema de la mujer en el Perú, de la
siguiente manera:
"Nadie
debe sorprenderse de que todas las mujeres no se reúnan en un movimiento
feminista único. El feminismo tiene, necesariamente, varios colores, diversas
tendencias. Se puede distinguir en el feminismo tres tendencias fundamentales,
tres colores sustantivos: feminismo burgués, feminismo pequeño burgués y
feminismo proletario. Cada uno de estos feminismos formula sus reivindicaciones
de una manera distinta. La mujer burguesa solidariza en feminismo con el
interés de la clase conservadora. La mujer proletaria consustancia su feminismo
con la fe de las multitudes revolucionarias en la sociedad futura. La lucha de
clases -Hecho histórico y no aserción teórica- se refleja en el plano
feminista. Las mujeres, como los hombres, son reaccionarias, centristas o revolucionarias.
No pueden por consiguiente, combatir juntas la misma batalla. En el actual
panorama humano, la clase diferencia más a los individuos que en el sexo".
- José
Carlos Mariátegui - Las Reivindicaciones Feministas
N Krupskaya |
Luego en el Manifiesto Comunista, Marx y Engels
argumentaban científicamente sobre la familia lo siguiente:
«¿En
qué se basa la familia actual, la familia burguesa? En el capital, en el lucro
privado. La familia plenamente desarrollada sólo existe para la burguesía; pero
encuentra su complemento en la supresión forzada de todo vínculo familiar para
el proletariado y en la prostitución pública. (...) Las declaraciones burguesas
sobre la familia y la educación, sobre los dulces lazos que unen padres e
hijos, resultan aún más repugnantes a medida que la gran industria destruye
todo vínculo de familia para el proletariado y transforma los niños en simples
artículos de comercio, en simples instrumentos de trabajo. (...) Para el
burgués, su mujer no pasa de un instrumento de producción. Oyó decir que los
instrumentos de producción deben ser de uso común y, naturalmente, no puede
llegar a otra conclusión que lo mismo va a ocurrir con las mujeres en el
socialismo. No sospecha que se trata justamente de acabar con esa situación de
la mujer como simple instrumento de producción. Nada más grotesco que el horror
ultramoralista que la pretendida comunidad oficial de las mujeres, atribuida a
los comunistas, inspira en nuestros burgueses. Los comunistas no tienen
necesidad de introducir la comunidad de las mujeres: ella prácticamente siempre
existió. Nuestros burgueses, no satisfechos con tener a su disposición las
mujeres y las hijas de sus obreros, sin hablar de la prostitución oficial,
encuentran un placer singular en seducir mutuamente sus esposas. El matrimonio
burgués, en realidad, la comunidad de las esposas. Como máximo se podrìa acusar
a los comunistas de querer sustituir una comunidad de mujeres hipócritamente
disimulada, por una comunidad franca y oficial. Es evidente que, con la
abolición de las relaciones de producción actuales, la comunidad de las mujeres
derivada de ella desaparecerá, o sea, la prostitución oficial y no oficial».
Es oportuno recordar a grandes mujeres que
dieron su vida por transformar una sociedad injusta y represiva contra las
mujeres y contra la sociedad en su conjunto.
Aquí algunas fotos más
Luisa Michel |
.El Pichuychanca
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