![]() |
Chiquian. Foto cortesía de Jorge Duran Silva |
Campos abandonados
Alzo hacia mi pueblo
mi libre camino,
mis meditaciones…
siguen soñando
yo, solo observo…
padezco observando...
mi libre camino,
mis meditaciones…
siguen soñando
yo, solo observo…
padezco observando...
No perdona al pasto el lacerante estío
como a la masa del pan el horno.
Humilla, amarilla al verde labrantío.
Ahoga el tic tac del loable labriego
de ver hollado el sembrío por el estío.
El trino gozoso de los pájaros no se oye.
El maíz, el trigo, la papa
que alguna vez esmaltaron los próvidos campos,
floreciendo en abundancia,
subiendo derrotero al cielo,
dotando de dicha al franco labrador,
¡Sucumbieron!
En el pasado, el labriego indómito
colmado de constante deleite,
en armonía anidando
con el fecundo campo labrado,
se halla con el alma molida ahora.
Contra su voluntad, ¡yace mísero!
La luna, lumbre de noche sombría,
al campo desdeñado alumbra,
al plañidero pueblo alumbra.
a la pastoril calle alumbra
por donde vaga el taciturno labriego.
La inmaculada aurora,
despierta a la floresta envejecida.
En la puesta del sol,
monótono sopla el viento frío
por el lóbrego desnudo campo.
Hoy, susurra doloroso por yermo collado
el alegre riachuelo de ayer.
El Labriego callado y desolado y lastimado
con ojos azarosos
ve el campo hollado por el vil tiempo.
Se ausentaron las aves del despojado prado.
El Pichuychanca.
Chiquian, Rumichaca 12 de marzo 2017
No hay comentarios.:
Publicar un comentario