jueves, 14 de noviembre de 2024

El pueblo para el pueblo



El pueblo para el pueblo


Tú, ellos y yo,
nos pondremos de pié 
y  marcharemos 
ahi donde truena 
y golpea la corruptela, 
la podredumbre del Congreso 
y el de sus adláteres.

Y alzando tu voz,
y alzando mi voz,
y la masa alzando su voz
a todo pulmón
exclamaremos estruendosamente:
Fuera pérfido vende patria,
el pueblo para el pueblo
demanda nueva Carta Magna. 

Y los campesinos 
y los obreros 
y los intelectuales del Perú,
con el proposito
de conquistar 
el derecho inalienable
a la salud, 
a la educación,
a la vivienda,
a nueva contienda van.

Y de una vez 
para siempre
erradicar 
la angurria de poder
del miserable oligarca,
derrotar la perversión
del político pesetero, 
a fin de obtener 
un nuevo porvenir
de limpidas alboradas.

El Pichuychanca.

Chiquian, diciembre 2022





viernes, 8 de noviembre de 2024

Escuela, Pre vocacional N° 351

 




Escuela, Pre vocacional N° 351

Abelardo Pardo Lezameta


La escuela que antes tronaba
con alumnos traviesos,  
con aulas
adornado de murales,
pintado por el maestro, Cástulo Rivera,
con carpetas bipersonales, 
con negras pizarras empotradas,
con amplios patios de diversión 
en el momento del recreo.

Espacios apretujados 
donde enseñaban trabajos manuales,
zapatería, carpintería, hojalatería,
tambien agricultura.
Ahora descansa en absoluta mudez,
desierta y relegada.
Sin ser alumno de esta escuela,
me saltan a borbotones 
recuerdos de un tiempo ido.

Hubo un período que estuvo 
en la cuspide y la gloria,
ahora languidece, desfallece 
como los maestros, 
Como los ex alumnos,
agotados, demolidos, 
con todo tipo de enfermedades, 
los techos, las puertas 
y las ventanas vibrando.
Los años no perdonan, 
abaten sin misericordia
sus paredes hercúleas.

Duele hasta el alma 
de ver a la escuela, 
sin actividad, sin alegría, sin energía,
la piscina, vacía... estropeada,
la campana sonora, quedó muda,
los cipreces, desaparecieron
Mis cinco sentidos 
lloran a lágrima viva. 
Presiento al moribundo plantel,
que suplica a voces, 
su eterno descanso.

El Pichuychanca
Chiquian, Alto Perú, 22 octubre 2024











Antigua escuela N° 378


sábado, 2 de noviembre de 2024

Calaveritas II. Dia de los muertos

 


La huesuda y el gobernador

 

Escoltado por la muerte,
con voz alta y fuerte
claman frente al portón,  
pidiendo efectuar el ofertón,   
 
Sentado en la butaca
el gobernador pensaba,
se aproxima la gente  
por el hospital pendiente
 
Delante de la huesuda, 
furioso, tiró la puerta,          
Después de la reyerta,
la sala quedó muda,
 
Del incomodo asiento  
la dientona comentó:  
¡Por grosero y enojón,
hoy te llevo al panteón!
 

El Pichuychanca

Chiquian, 1 de noviembre 2024

 


 

La muerte y el Alcalde

 

Atravesando la plaza en noche incierta.
la parca rumbera una canción cantaba.
De repente, se quedó apenada y alerta
al darse cuenta que el jardín agonizaba 
    
“Mañana tendré una cita con el Alcalde,
la plaza no puede estar de esa manera”  
pensó la catrina. Misteriosa y sin alarde
a la autoridad con perseverancia espera.
 
Ver la muerte al frente, el alcalde palideció.
¿En qué puedo servirle? perplejo, preguntó.
Todavia pregunta, dijo la calaca, y furiosa sentenció  
Si no adornas la plaza, te llevaré al campo santo

 

El Pichuychanca

Chiquian, 1 de noviembre 2024








martes, 29 de octubre de 2024

Bienaventuranza


Luego de haber arreglado el jardin y ordenado el patio con suma diligencia, en estos espacios antiguos de la morada materna donde siento completa beatitud, de repente, el tedio, sin prisa pero sin pausa, desmantela mi estado de animo con una vaga melancolía. 

Sin embargo, la tarde apacible, en pleno declive del sol que brilla como el oro bruñido, invita a darme un paseo con paso cansino y a un ritmo agradable con el fin de enseñarme su escondida hermosura

En mi pausada andanza por la periferia de la patria chica querida, el viento  me sorprende con su furioso soplo  y en un segundo infla como a un globo mi pantalón y el albo poncho. Este frío ventarrón, arrastrándose por las chacras despojadas y de los  caminos ásperos, hace vibrar la copa descarnada de los viejos eucaliptos, las espigas pajizas de los escasos sesembrios de trigo, de igual modo, a las pesadas mazorcas del maiz.

En El fugaz y hurón peregrinaje, un silencio retraído, agazapado tras las praderas sin bardas, me acosa sin cesar. Colmado de completo sosiego, cada paso, disfruto de la hermosa tarde serena. Ya en el ineludible ocaso del sol, de pronto, alzo la mirada hacia el extenso cielo en dónde flotan los policromos algodones, a veces grises, a veces ambarinos, a veces rojizos. Me da la impresión que se enfrentan en una dura batalla por ir adelante la una de la otra. 

Allende, sobre las fragosas cimas canas de la cordillera blanca, las nubes cálidas que se desplazan con increible lentitud, como el caracol dentro de un húmedo y nutrido jardín, graciosas, sonriendo todas ellas, se divierten frente a mis ojos contemplativos.

Alternándose con arrebatadores rubores me  transportan en la soñadora bienaventuranza de mi mesurada pero feliz infancia que el infalible tiempo me ha privado.

El Pichuychanca.

Chiquian 2 de mayo 2021

















viernes, 18 de octubre de 2024

Intenso quebranto

Mes de julio.

En la madrugada, todavía de noche clara sin luna, debajo de titilantes e innumerales lumbres del cielo despejado el cruel frio azota sin compasión. El tiempo me es poco amigable. 

El viento, que ruge fuerte y profundo, una y otra vez lacera mi cuerpo otoñal. Al verme en esta penosa circunstancia, de inmediato, la imaginación me lleva a pensar que este mismo viento eterno, en épocas lejanas, fustigaria, de modo semejante a los honrados y laboriosos labradores, labradoras de este pueblo adornado por su identidad, pujanza y de una cultura en común. 

Trajino por el agreste y silente camino, en compañía de sedientas y desnudas plantas silvestres causado por la helada estacion de otoño. En la medida que avanzo por el sendero que me conduce rumbo al cerro empinado de Huancar, Jaracoto y de los prados de Huaca Corral, bajo el sol abrasador, apenas logro oir el canto lánguido de la avecillas, el susurro agónico del riachuelo.

Recuerdo todavía, que a la luz del alba acompañado del trino sonoro de los pichuychancas y los ruieñores, íntegros e incondicionales labriegos, labriegas de rostro cárdeno y de recio andar, con los azadones en el hombro, soportando el despiadado frio, marchaban cuesta arriba por estos senderos, serpenteados y abruptos, rumbo a los campos a fin labrar con arrojo, durante varios dias, la tierra fértil. Luego, una vez ya listo el terreno y en el día adecuado, sembrar la papa, el maíz. Pasado un tiempo determinado, con la racuana en la mano curtida, lanzando respiraciones afanosas, arrancan de raiz la mala yerba que impide el crecimiento del nuevo brote. Y en el momento oportuno, con gran espíritu de camaraderia familiar, ir a cosechar con el pecho henchido de júbilo.

La silenciosa tarde cae con inaudita lentitud. Luego de este nostalgico paseo por estos alejados lares, en mi señero retorno,  hago un alto de mis pasos exahustos, con el propósito de regodear la vista con el entorno y el indecible paisaje de la tierra natal, clavado en blanda explanada, entre asombrosos cerros. Lejos, la desvelada cordillera argentada que exhibe toda presuntuosa al segundo nevado más alto del Perú, el augusto Yerupaja.

Del pico más elevado de estos enigmáticos altozanos, que preserva a mi pueblo con celo, observo los prados desolados con intenso quebranto, que hasta el tambor de mi pecho late incesante y de pena. 

Ah, tiempo... tiempo cruel, hoy, los fecundos campos se hallan entristecidos, desnudos y marchitados causado por el abandono o la migración a otros lares de parte de los propietarios, además, lastimado por el potente fuego del sol a tal punto que parece como si lo hubiera cubierto por completo con una ilimitada sábana de color amarillo al  reverdecido sembrio del maiz y el trigo de ayer.

El pichuychanca.

Chiaquian, calle Tarapacá, 28 de abril del 2021

Aqui, mas fotos.

Sementera amarilla, arboles verdes, Tucu de blanco nevado, cielo azul. Asi es el tiempo estival en el terruño. Noviembre 2022

Son las 5.20 de la mañana, la luna menguante rumbo a su ocaso.



Huamgam


Hermoso Valle de Aynin

La presuntuosa Cordillera de Huayhuash, exhibiendo al segundo nevado más alto del Perú, el augusto Yerupaja.

Faldas del cerro de Huancar.
P/D. Las fotografías anteriores fueron tomadas a partir de las 5.15 de la mañana el dia 12 de noviembre 2022

Vista panorámica de Chiquian. Tomado desde el canal de Tucu. Encima de entre los cerros de Huancar y Jaracoto.

Foto captado dede tanas, de este lugar se logra apreciar el recinto del sol y la luna ubicados en la cima del cerro de Capilla Punta y la tierra natal. Mi querencia.

Sigo descendiendo por el camino de tanas. Con extremada añoranza observo los prados abandonados. Chiquian en medio de la quebrada.

Logro captar el valioso recinto de Capilla Punta. La muralla testigo mudo del arte e ingeniería de nuestros antepasados, abandonado y descuidado por las autoridades y la misma población. ¿Que hacer con este importante centro turistico y mirador por excelencia?

Me siento enamorado de mi tierra natal. Chiquian

En unas horas llegaré a tus calles pastoriles para reencontrarme con las improntas de mi infancia y adolecencia. Hasta la proxima amigos mios.

Archivo fotos 2018