Alborada
El Pichuychanca.
Chiquian, periferias, 1 de octubre 2021
El Pichuychanca.
Chiquian, periferias, 1 de octubre 2021
Por otro lado, la tinya, instrumento de percusión, que, cuando se toca con la baqueta en mano, surge un ritmo contagioso e intenso. Su sonido atronador y cimbreante, es la palpitación del animado corazón de la Madre Tierra, de nuestra música y nuestra danza, imposible de resistir su llamado para festejar y bailar. .
De estos dos instrumentos ancestrales aflora un retumbo sonoro y cadencioso que es a la vez inseparable y expresivo, como el hermoso panorama del pueblo de chiquian que nos hace sentir orgullosos de nuestra herencia cultural. El concierto o la melodía que producen, a través de su sonido telúrico, es un llamado a la festividad, a la introspección y al vínculo con la naturaleza y la colectividad del pueblo.
En los aniversarios, ceremonias y festividades, a través de un músico, el pincullo y la tinya se acoplan con el propósito de generar un entorno de júbilo y entusiasmo. Los sonidos, agudos y vibrantes, se entretejen y se reconocen, surgiendo una charla melódica que es el lenguaje ancestral y que perdura a través del tiempo, hasta la actualidad.
La estampa del pincullo y la tinya, en el canto del pueblo andino, es una comunicación de la valiosa herencia cultural de nuestros ancestros y la trascendencia de salvaguardar las tradiciones. Estos instrumentos no solo engendran sonidos musicales sino que también cuentan relatos, leyendas, historias, y trasfieren la sabiduría y la espiritualidad de la patria chica querida.
Sus sonidos sonoros trasmiten el latido del corazón de la cultura del pueblo originario del Perú, una cultura que viene revalorizando la tierra y la tradición. El pincullo y la tinya son más que instrumentos musicales, son emblemas de la identidad y la residencia de un pueblo que ha custodiado viva su sabiduría, su conocimiento y cultura a lo largo de los siglos.
Ayer, en el cielo de la patria chica querida, Antonio Padua doblaba el pincullo y la tinya con una resonancia solariega, despertando la existencia misma de su cultura andina. Siempre presente en la faena colectiva de limpia acequias, la celebración de techa casas y la fiesta patronal San Francisco de Asís, el primer patrón de Chiquian, que, con sus hábiles dedos y la mano, hacia repicar maravillosamente estos dos instrumentos que la muchedumbre no se resistía a bailar el famoso ¡Rayan!
Hoy, todavía tenemos en vida al único músico y gestor cultural del pincullo y la tinya, el Sr. Ramiro Curi Hilario, natural de Machcos, que se hace llamar con el sugestivo nombre de; Tiende la cama,
El pichuychanca
Chiquian, 2 de octubre 2025.
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| Chiquian, Dia estival. |
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| Chiquian. Vista panorámica |
Edwin Calderón Vicuña, Cesar Vicuña Romero, Abel Alvarado Romero, Efraín Vásquez Veramendi, Osvaldo Pardo Loarte, Pablo Díaz Mendoza, Amancio Rivera Garro, Luis Ñato Carrillo, Marcos Llallihuaman Antúnez, en su memento no deleitaron con ese toque particular de la guitarra chiquiana, y otros tipos de melodía, que se debe difundir y preservar en el tiempo.
El Pichuychanca.
Chiquian, 1 de setiembre 2025